El psicólogo es un acompañante en el camino a la solución de los problemas, es una guía y un acompañante en el proceso de recuperación. Al igual que la medicación hace su 20%, el psicólogo realiza su 20%, pero es el cliente, el que es el agente de su cambio y ha de poner ese 60% restante. El psicólogo es un medio, pero el cliente es la solución.

Siempre y cuando se sea mayor de edad (mayor de dieciséis años) SI. No obstante recordamos siempre a nuestros clientes que no somos sacerdotes, es decir; el secreto profesional está por debajo del Código Penal. Así, si un cliente acude a nosotros porque, por ejemplo, ha maltratado a su mujer o sus hijos, hemos de advertirle de que ese tipo de confesiones no están sujetas al secreto profesional y que debemos de poner esa información en conocimiento de las autoridades correspondientes.

Estamos formados en técnicas de hipnosis y no dudamos en practicarla cuando es posible y sobre todo, aceptada y permitida por el cliente. En cualquier caso, es una técnica útil en algunos casos de adicciones, en trastornos de la conducta alimentaria, así como en evocación de sucesos traumáticos bajo un estado de máxima relajación. No es una técnica que se aplique de forma aislada, sino como complemento a un programa psico-terapéutico más complejo.

Los psicólogos no podemos prescribir medicamentos. El colegio de médicos se reserva ese privilegio, pese a que durante toda nuestra carrera estudiamos de forma muy profunda el sistema nervioso central, el cerebro, así como tenemos, en el último curso de carrera una asignatura (psicofarmacología), donde estudiamos todos los medicamentos, principios activos, mecanismo de acción, formas de administración, etc. de todos los psicofármacos. Así, aunque no podemos prescribirlos, sí que los conocemos y en muchos casos orientamos de forma respetuosa a los médicos que atienden a nuestros clientes, a la hora de realizar algún ajuste o suprimir o implementar algún fármaco.

Nuestra metodología es cognitivo conductual. Dependiendo del problema se enfoca desde un punto de vista cognitivo, conductual o una mezcla de ambos tipos de psicoterapia. Usamos las técnicas de reestructuración coginitiva, la terapia racional emotiva así como técnicas de modificación de conducta. Sólo en algunos casos que hacen referencia a problemas relacionados con trastornos de abusos en la infancia, añadimos un estilo más sistémico (Escuela de Milán), fundamentalmente, para ayudar a la comprensión del trauma.

Aunque ir al psicólogo es algo ya normalizado entre niños y adultos, mi opinión es que deben de acudir los padres en primer lugar para explicar al profesional los problemas que tiene su hijo o con su hijo. En la mayoría de las ocasiones, cuando se trata de niños pequeños, los padres recibirán pautas para modificar comportamientos indeseados de sus hijos o favorecer hábitos y comportamientos saludables. En caso de que el profesional estime que los problemas del niño no hacen referencia sólo a problemas de tipo comportamental, sino a otro tipo de problemática más personal y profunda, requerirá la presencia del menor, para evaluarlo; y en su caso, tratarlo de forma personalizada.

Acudir a pedir ayuda o asesoramiento profesional, ha de hacerse cuando usted haya agotado las vías personales para la resolución de sus conflictos o problemas. Lo ideal es que usted por sí mismo o con ayuda de su entorno cercano, sea capaz de regir su propio camino, aumentando así la sensación de eficacia y autoestima. Sólo, si no obtiene los resultados deseados, debe acudir a un profesional que lo convierta, no obstante, en el protagonista de su cambio.

El psicólogo adecuado para usted, es aquel que a usted le inspire confianza desde el primer momento. Un buen psicólogo ha de ser genuino, sincero, confidencial y recíproco con usted. Si le parece que el psicólogo que ha buscado posee esas características, ha encontrado el profesional que estaba buscando.